10-12 MARZO 2017
Sofía, capital y ciudad más grande de Bulgaria, está en pleno centro de los Balcanes, en la parte occidental del país y se ubica en el valle de Sofía, en la falda del macizo montañoso de Vitosha. Su población es de 1.300.000 habitantes y tiene una superficie de 356 km². La capital búlgara se ve atravesada por varios ríos, siendo el principal el Vladayska. Se trata de una ciudad con aires soviéticos y mucha historia a sus espaldas.
La moneda oficial en Bulgaria es el LEV (BGN), que en plural se dice Leva, cuyo tipo de cambio está fijado al Euro con una paridad de 1,95 Leva por Euro. Para hacerte una idea, cualquier precio que veas será traducido aproximadamente a la mitad en Euros. Ejmplo: si un plato vale 15 levas, será 7,5€ aprox.
La hora local es es UTC/GMT +2 hora, por lo que en invierno hay que adelantar una hora nuestro reloj (en verano se queda tal cual, pues ellos no cambian la hora).
Para los españoles no es necesario ningún visado ni viajar con pasaporte. Será suficiente con vuestro DNI.
Cómo llegar desde el aeropuerto al centro
En el aeropuerto hay dos terminales. En la T2 es donde suelen aterrizar las nuevas compañías. Las terminales están enlazadas entre sí por un servicio de shuttle (Inter-Terminal Transfer) desde las 07.00 horas hasta las 20.00 horas (fuera de ese horario puedes organizar un traslado en el mostrador de información de la Terminal 1).
Sofía Airport está a 11 kilómetros de distancia del centro de la ciudad, en línea recta la distancia es más corta. En coche tardas entre 15 a 20 minutos para ir desde el aeropuerto hasta el centro de Sofía.
Nosotros llegamos tarde al aeropuerto (a la 1.30am) así que decidimos coger un taxi que nos costó 6€ (12 LEVA) hasta la puerta de nuestro apartamento, en el pleno centro de Sofía.
Transporte público – Metro desde el aeropuerto (Sofía)
Desde abril del año 2015 puedes utilizar el metro para ir desde y hacia la ciudad, antes de que esto fuera posible el bus era la única opción de viaje. La estación de metro de Sofía Airport la encuentras en la Terminal 2. El metro línea 1 (Línea Roja) te lleva en unos 20 minutos desde el aeropuerto hasta la estación de metro Serdika, ubicada en el centro de Sofía. Ahí puedes cambiarte al metro línea 2 (Línea Azul) para ir por ejemplo a la estación de autobús- metro de Sofía. El recorrido dura aproximadamente media hora (30 minutos) incluyendo el transbordo. El precio de un billete para el transporte público en Sofía es de 1,00 BGN. Los billetes para el transporte público válidos por un día cuestan 4,00 BGN. Puedes utilizar los billetes tanto en el metro, tranvía y (trole)buses. Para más información visita, transporte público Sofia Airport y sitio web Sofia Traffic.
Visita de la ciudad
Casi todos los puntos de interés turístico de Sofía se concentran en el corazón de la ciudad, desde la rotonda Sveta Nedelia hasta la Catedral Alexander Nevski, casi en una línea recta de algo más de un kilómetro y se puede llegar pie a todos ellos.
Comenzamos el día desde nuestro apartamento (Apartment Chocolate. Bulevard Alexander Stamboliiski 25, Ap. 2. Reservado a través de booking y que está muy bien) y nos dirigimos hacia la oficina de alquiler de coches, pues para visitar el Monasterio de Rila nos pareció la mejor opción. Si no conduces o no te apetece, tienes opción de bus por libre, bus en excursión contratada o alquiler de coches con conductor (como taxis) que te llevan hasta allí.
Nosotros alquilamos un coche a través de la web www.rentalcars.es (siempre lo hago con ellos, es un buen comparador) y nos costó 35€ todo el día (y nos gastamos 20€ en gasolina). Elegimos esta opción porque yendo 4 personas era la opción más cómoda, rápida y barata.
Habiendo descargado los mapas previamente desde España, nos pusimos camino de Rila usando nuestro navegador del móvil.
MONASTERIO DE RILA
Todas las guías y blogs de viajes de Bulgaria insisten en que no te puedes ir del país sin haber visitado el Monasterio de Rila. Y no se equivocan.
Este monasterio se encuentra a 120 km al sur de Sofía y es considerado uno de los más espléndidos de toda Europa (Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO), situado además en un paraje de belleza incomparable y que es uno de los símbolos más importantes del pueblo búlgaro.
Este monasterio fue fundado en el siglo X por el eremita Juan de Rila, del que toma el nombre el monasterio. Eligió un sitio increíble, en un valle, rodeado de frondosas montañas con arroyos y bosques, que hacen de este lugar, probablemente, el más bonito de toda Bulgaria. La historia cuenta que Juan de Rila vivió en un árbol en este lugar y que fruto de la fama de santidad que se propagó por el país, enseguida se rodeó de un montón de seguidores que querían seguir su ejemplo. Al final de la vida fundó el monasterio que lleva su nombre. Su tumba se ha convertido en el verdadero faro de la iglesia ortodoxa búlgara, un auténtico lugar de peregrinación, ya no sólo por los religiosos del país, sino también por los que no lo son tanto.
El monasterio, sin embargo, ha sufrido un montón de desgracias. El primero que se construyó fue destruido por los otomanos en el siglo XV. Pero gracias a donaciones rusas y griegas sobre todo, pudo ser reconstruido a finales del mismo siglo XV. En 1833 sufrió un gran incendio que lo destruyó casi por completo, de modo que tuvo que ser reconstruido nuevamente, gracias a las donaciones de la gente rica del país. El estilo actual supone una de las cimas más importantes de lo que se conoce como Renacimiento búlgaro y no sólo es de una belleza arquitectónica exultante, si no que destaca sobre todo, por la gran cantidad de frescos que decoran tanto el interior de la iglesia, como el nártex de entrada. En el interior de la iglesia, donde se disfruta de uno de los momentos más místicos de todo viaje a Bulgaria destaca el precioso iconostasio de madera, chapado en oro. (No se puede hacer fotos en el interior)
Rodeando el edificio de la iglesia se encuentra la zona de residencia de los monjes, de cuatro plantas y donde hay hasta 300 habitacioness. Y es que el Monasterio de Rila, lejos de ser un museo, es todavía un cenobio vivo.
El monasterio es también un buen punto de partida para practicar senderismo por los bellos parajes de la zona. De hecho, existen numerosas rutas marcadas que discurren por los bosques del lugar.
Una vez visitado el Monasterio, hicimos una parada a escasos kilómetros en dirección a Rila, en un restaurante típico de la zona donde nos hicieron de comer con brasas (se les había ido la luz ese día) y nos trataron divinamente. El personal muy amable y la comida, típica del país y de la zona (trucha y carnes) estaba estupenda. Está situado en una especie de área de descanso donde hay varios restaurantes juntos. Éste es el último de todos. (El nombre de la foto no es muy significativo, pues en búlgaro significa «restaurante»).
Antes de devolver el coche, aprovechando que teníamos medio de transporte, decidimos acercarnos hasta la Iglesia de Boyana, recomendada en varios blogs, que se encuentra a las afueras de Sofía y describían como una joya Patrimonio de la Humanidad por UNESCO. (En taxi desde el centro cuesta unos 10 BGN).
La Iglesia de Boyana “San Nicola y San Pantaleón” se encuentra a los pies de la montaña de Vitosha, en el barrio de Sofía, Boyana. Es uno de los pocos monumentos del arte cristiano medieval que han llegado hasta nuestros días. La iglesia es parte de los 100 Sitios de Interés Turístico y está incluida en la Lista del Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO (1979). Particularmente, no nos pareció espectacular y si no tenéis mucho tiempo, totalmente prescindible. El galardón de Patrimonio de la Humanidad tiene una razón de ser, no solo por su edificio y bóveda en cruz, ni por la capa artística que cubre la parte oriental del templo sino, sobre todo, por las impresionantes pinturas del año 1259 de la cultura búlgara medieval. Por cierto, solo se puede visitar de 8 en 8 personas para preservar las pinturas, todo se lleva con un estricto control. Su precio 10 BGN por persona.
Una vez devuelto el coche decidimos hacer un free tour por la ciudad de noche. Hay dos empresas que lo hacen. Nosotros decidimos hacerlo con Free Sofía Tour y lo recomendamos. Kathy, nuestra guía, nos dio informaciones y consejos muy útiles y curiosos. Este tour nos permitió ver la mayoría de monumentos de noche, iluminados. Y aunque hemos de confesar que pasamos muchísimo frío (id bien abrigaditos si vais en invierno), mereció la pena la visita nocturna.
Comenzamos caminando hasta la iglesia Sveta Nedelya, catedral ortodoxa que ha sido derruida y levantada de nuevo en más de una ocasión. El edificio que vemos hoy en día en realidad es una reconstrucción de la construcción original del siglo XIV. En 1925 la catedral fue el escenario de un atentado terrorista perpetrado por los comunistas en el momento en el que se celebraba el funeral de estado del general Konstantin Georgiev (asesinado un par de días antes por los bolcheviques). La bomba detonada provocó que se derrumbara la cúpula de la catedral cayendo ésta sobre todo el que asistía a la ceremonia provocando la muerte de 128 personas, entre ellas numerosos políticos y oficiales del ejército. En realidad con este atentado se intentaba dar muerte al rey, al que se esperaba asistir a este funeral…pero el rey llegó tarde ya que tuvo que asistir a dos funerales en el mismo día. De ahí viene el dicho bulgaro que dice «llegar tarde puede salvarte la vida». 😉
Una vez aquí nos dirigimos hacia la Mezquita de Banya Bashi, justo enfrente del Mercado Central de Sofía. Después de la ortodoxa (aunque con una gran diferencia), la religión musulmana es la segunda más importante del país, pasando por los restos de la antigua ciudad de Sofía (Serdika se llamaba antes).
Seguimos hacia los Baños Minerales Públicos, que fueron construídos en 1906 en donde se encontraban unos antiguos baños turcos. El edificio está construído integrando elementos ornamentales típicamente búlgaros, bizantinos y ortodoxos. El interior comprende unas piscinas cubiertas y varias salas para tratamientos corporales. Desde su inauguración, los Baños estuvieron en funcionamiento hasta 1986, año en el que las instalaciones fueron cerradas dado su mal estado y abandono que presentaban. De hecho, el cobre que recubría las tres cúpulas (la de la torre principal y las de las torres laterales) que coronaban el edificio fue robado a finales de los años 80 para vender el metal en el mercado negro.
Desde aquí, caminamos hasta el Palacio Presidencial, tiene también un curioso cambio de guardia. En el patio interior del Palacio, se conservan las ruinas de la Rotonda de San Jorge, una pequeña iglesia construida en ladrillo de la época romana que data del siglo IV.
En la actualidad no sólo es la iglesia más antigua de la capital sino que tambien es el edificio más antiguo de Sofía.
La iglesia se encuentra en el patio de un edificio administrativo del Gobierno, en el centro de la ciudad, muy cerca de los restos del antiguo asentamiento de Serdica.
Seguimos caminando hasta la Iglesia de Santa Sofía. Es la más antigua de la capital búlgara, y la que da nombre a la ciudad. Durante el largo período de dominación otomana se colocaron dos minaretes y se empleó como mezquita, hasta que en el siglo XIX un terremoto derribó una de aquellas torres y fue abandonado su uso como centro de culto islámico. En el interior de esta iglesia se encuentra la Necrópolis subterránea (6 BGN) Parece ser que Santa Sofía se construyó en el lugar que ocupaban decenas de tumbas mamposteadas del s.IV de la ciudad de Serdika (el antiguo nombre de Sofía).
Por fin llegamos a la tan esperada Catedral de Alexander Nevski. construida como homenaje a los rusos que perdieron la vida durante la liberación de Bulgaria del imperio otomano, y aunque su construcción fue planeada mucho antes no fue hasta 1912 cuando finalizaron las obras. Destacan las dos cúpulas doradas sobre las demás de color verde, y la fachada de mármol blanco que le da aún más elegancia. Por dentro llaman la atención la gran cúpula de 52 metros de alto y el iconostasio de mármol situado justo debajo. Es tambien el principal centro religioso de la capital.
Una vez finalizado el tour nos fuimos corriendo en busca de algún lugar calentito donde cenar y entrar en calor y aquí viene mi consejo del sábado noche: reservad para la cena si no queréis estar de un sitio para otro como nos pasó a nosotros. Probamos en tres o cuatro restaurantes de los que había en mi guía y terminamos por entrar en el primero que tenía sitio.
Para terminar el día propongo ir a tomar algo al Boulevard Vitosha, que además estaba muy cerca de nuestro apartamento. Viene a considerarse como el centro de la ciudad. Es la principal calle comercial de Sofía y por ello es uno de los lugares con más actividad de la capital y más concurridos por los sofiotas. Paseando por esta calle se puede ver el incipiente postureo que se deja ver por las terrazas de las cafeterías y en donde las tiendas caras, outlets y boutiques de marcas internacionales se han ido estableciendo en los últimos años, sustituyendo a los comercios y tiendas tradicionales de toda la vida.
En Sofía hay muchas kioskos de alcohol y tabaco que abren 24 horas. Así que si estáis muy cansados, como era nuestro caso, la mejor opción es comprar unas cervezas y tomarlas en el apartamento.
Al día siguiente decidimos comenzar la visita haciendo prácticamente el mismo recorrido que el día anterior (tampoco hay mucho más que ver), aprovechando para entrar en los edificios y echar unas fotos de día.
A la primera a la que fotografiamos fue a la escultura de Santa Sofía, que ya os explicarán en el free tour (no voy a hacer spoiler), ni es santa ni es Sofía.
El primer edificio al que entramos fue a la Mezquita de Banya Bashi. El templo fue construído a finales del siglo XVI durante el período de dominación otomana, lo que la hace una de las mezquitas más antiguas de Europa. El edificio fue levantado sobre unos baños termales y, de hecho aun en la actualidad el vapor de agua se filtra al exterior por algunos respiraderos que hay en los muros del edificio. El templo es famoso por su gran cúpula (de 15 metros de diámetro) y por su minarete que puede ser visto desde algunas calles próximas. Está abierta a las visitas al público en general (recuerda quitarte los zapatos) excepto durante las horas del rezo que son los Viernes a las 13:30 y 15:30.
Ya que estábamos aquí, aprovechamos para visitar el Mercado Central de Sofía, o «Tsentralni Halite» (un remodelado edificio). En los comercios del mercado podremos encontrar una selección de productos locales como alimentos frescos, carnes, verduras, frutas, etc. Aquí os recomiendo pasar a desayunar algún día si no tenéis desayuno en vuestro hotel/apartamento.
En las calles anexas al Mercado Central se encuentra lo que se conoce como el Zhenski Pazar (Mercado de las mujeres) que es un auténtico mercado callejero con precios tirados en donde reina el desorden y se vende de todo, desde frutas hasta ropa interior.
Justo detrás del Mercado, encontramos la Sinagoga. Es la sinagoga más grande en el sureste de Europa, una de las dos que funcionan en Bulgaria y la tercera más grande de Europa. Simboliza la convivencia de dos pueblos, el búlgaro y el hebreo.
Desde aquí volvimos a la ruta del día anterior a visitar los baños minerales públicos así como a probar y tocar el agua caliente que emana de la fuente que hay en su lateral.
Seguimos hasta la Rotonda de San Jorge para visitarla por dentro (ojo que los domingos por la mañana hay misa y no dejan entrar en horarios de culto). La Iglesia está abierta a las visitas todos los días, desde las 8:00 hasta las 18:00 horas.
Pasamos por el Museo Arqueológico, cuyo edificio en sí ya es una reliquia, una antigua mezquita otomana de nueve cúpulas. Nosotros no entramos. El precio de la entrada normal es de 10 leva (5€).
Siguiendo nuestra ruta pasamos por el Teatro Ivan Vazov, el teatro más grande de Bulgaria.
Nos desviaremos un poquito para visitar la Iglesia de San Nicolás conocida como Iglesia Rusa (está junto al Museo Nacional de Historia Natural). Construida en 1912 por trabajadores rusos emigrados a Bulgaria, se levantó para ser la iglesia de la comunidad rusa de Sofía. Hoy en día la Iglesia de San Nicolás es una de las iglesias ortodoxas más bellas de la capital. Con un estilo inspirado en las iglesias rusas del siglo XVII, destacan las cinco cúpulas exteriores revestidas de oro. Su interior está decorado con pinturas e iconos.
Aprovechamos para visitar (y hacer algunas comprillas) el mercadillo de antigüedades que hay al lado de la iglesia.
Seguimos para entrar en la iglesia de Santa Sofía, que no habíamos podido entrar el día anterior (ojo a lo que encontráis en el árbol que hay delante de la iglesia 😉 ).
Y por fin llegamos, de día, a la Catedral de Alexander Nevski y pudimos entrar a verla por dentro (sorprendentemente, es gratis).
Siguiendo el mismo camino, llegamos al edificio de la Asamblea Nacional de Bulgaria (parlamento) y desde aquí, si tenéis tiempo, se llega dando un paseo al monumento al Zar libertador. Fin de la ruta principal.
OPCIONAL: Monte Vitosha (a nosotros ya no nos dio tiempo.)
El macizo de Vitosha o monte Vitosha se encuentra a las afueras de Sofía y su silueta es omnipresente desde cualquier punto de la capital. Es accesible desde la ciudad mediante los teleféricos que parten de Simeonovo y Knyazhevo.
Desde los miradores del monte Vitosha se puede contemplar una espléndida panorámica de Sofía y de todo su valle. Más arriba aún se encuentra la estación de esquí de Aleko, a casi mil novecientos metros de altitud. Abre desde primeros de diciembre hasta bien entrada la primavera.
Algunos platos típicos búlgaros
- Tarator: una sopa fria hecha con pepinos trocedaos en pequenos dados, eneldo, nueces molidas, ajo, aceite y yogur batido con agua (se asemeja de alguna forma al gazpacho andaluz).
- Moussaka: a diferencia de la moussaka griega, que contiene berenjenas, la bulgara se hace de patatas y carne molida. A todo ello se añade por encima una mezcla de yogur, harina y huevos.
- Guiuvech: carne de vaca o cerdo, tomates, pimientos y guisantes, todo cocinado en el horno dentro de una vasija de barro.
- Kavarma: consiste en trozos de carne de cerdo con cebolla guisada servido en cazuela de cerámica.
- Snezhanka: Tarator seco hecho con pepino y yogur.
- Banitsa: es un pastel tradicional preparado al horno con pasta filo (una especie de masa de hojaldre) y queso búlgaro.
- Shopska Salata: la mas famosa ensalada de Bulgaria, preparada con tomate, pepino, pimiento asado y queso blanco búlgaro (Sirene) rallado.
- Lukanka: una clase de salchicha típica del pais.
Algunos restaurantes en Sofía (están marcados en mi mapa)
- Restaurant Shtastliveca. Comida Búlgara a buen precio (10€ por persona). Sofia Bul. 27,» Vitosha»,Sofía.
- Nikolas 0/360. Comida Búlgara a buen precio. 3 Rayko Daskalov Sq,Sofía.
- Moma Bulgarian Food and Wine (postureo). Solunska 28,Sofía.
- Izbata Tavern0, cocina búlgara a buen precio. Calle Slavyanska, 18. Sofía
- Grozd, cocina búlgara e internacional. Calle Tzar Osvoboditel 21, cerca de la Iglesia de San Nicolás.
- Hadjidraganovite Kashti, cocina y ambiente tradicional búlgaro. Calle Kozlodui 75. kashtite.com.
- Raketa Rakia Bar. cocina y ambiente tradicional búlgaro. Qnko Sakuzov 17,Sofía.
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